A pesar de los programas que están desarrollando para sensibilizar a la población sobre el VIH, sigue existiendo un bajo nivel de información entre la población y una elevada demanda de la prueba. Se estima que el 40% de los nuevos diagnósticos de SIDA son tardíos y el 50% de estos casos se deben a los portadores que desconocen su situación. Dentro de este grupo, los jóvenes son uno de los colectivos más vulnerables, ya que en muchas ocasiones no han recibido una adecuada educación sexual.
La Campaña Mundial contra el Sida y ONUSIDA señalaron en el lanzamiento de esta acción algunos de los retos pendientes:
Muchos países siguen teniendo leyes y políticas que impiden el acceso a los servicios del VIH y penalizan a las personas que son más vulnerables a la enfermedad. Alrededor de 84 países han comunicado que disponen de leyes y políticas que son un obstáculo a la prevención, el tratamiento, atención y apoyo para las poblaciones vulnerables.
Aproximadamente 59 países siguen teniendo leyes que limitan la entrada, estancia y residencia de las personas que viven con el VIH, lo que supone una violación a su derecho de libertad de movimiento y derecho al trabajo.
Es necesario reforzar el derecho fundamental de las personas más pobres y marginadas, colectivos que son los más afectados por el VIH, a la atención de salud básica y a una vida sin miedo al estigma y la discriminación.
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